miércoles, 19 de julio de 2017

Dinámica de la Carta Astral Natal

El uso de la Carta Astral Natal como mapa de ti mismo tiene una limitación. Es una foto fija, estática.

El reloj cosmico no se detiene. Y la persona que estudiamos en resonancia con ese inicio que es el mapa natal tampoco. Es un ser vivo que posee en su composición muchos ciclos combinados.

Igual que en La Tierra, en el cosmos hay muchos y diversos ciclos. Observamos que están misteriosamente correlacionados de un modo que consideramos natural. Los patrones que se encuentran en la naturaleza, fruto de siglos y milenios de adaptación a los ciclos cósmicos que los han forjado, nos revelan esas afinidades entre formaciones inorgánicas y los diversos organismos.

Es lo que los antiguos, grandes observadores de la naturaleza, denominaban signaturas. La nota característica de algo que refleja el influjo que lo ha formado.




Un símbolo puede ser convencional, o sea fruto de un convenio entre los que lo van a utilizar. Tu y yo podemos acordar que una pelota de tenis simboliza a El Sol en un determinado contexto de representación.
Una naranja, con su natural color anaranja, no sólo es un simbolo de El Sol sino que incorpora en su propia expresión cualidades solares. Así que cuando decimos que las naranjas tienen una regencia solar nos referimos a que tienen su signatura. Igual nos pasa con el girasol que en nuestra mente llega a ser icono del sol radiante.

En astrología existen un montón de técnicas para observar el dinamismo de una carta natal, es decir, estudiar y conocer la evolución del nacido en el momento para el que se hace el mapa celeste.
La más obvia son los llamados tránsitos: se traza la carta de un momento concreto (el actual por ejemplo) y se superpone con el natal. De esa interacción se estudian determinadas interacciones para ver que factores son más relevantes un periodo concreto.
Dentro de las cartas de tránsitos hay una específica. La revolución solar. Consiste en trazar la carta del momento exacto en el que El Sol vuelve a estar en la misma posición zodiacal exacta que en el momento del nacimiento. Es el mapa del momento exacto del cumpleaños, no respecto a la fecha del calendario (puede ser el día antes, el mismo o el siguiente) sino a la posición relativa de La Tierra y El Sol. Es por tanto el momento que finaliza la traslación terrestre, la vuelta a El Sol, y que da comienzo la nueva. Y en tanto en ese momento es tu inicio de año, se puede estudiar en él ciertas características del año en cuestión.

Como ya vimos en artículos anteriores, la astrología narra las vicisitudes del paso del tiempo para los individuos mediante una herramienta básica que es la analogía sustentada por la observación y el saber acumulado a través de los siglos y aplicado por quien hace la interpretación en el presente, en un arte fresco, que combina tradición, intuición y diálogo. Y como además contamos con la libertad, que en mayor o menor grado todos poseemos, podemos estudiar este espíritu de los tiempos que fijamos en los mapas celestes, con una cierta actitud de intervención.

Y del mismo modo que podemos elegir el momento de inicio de cualquier actividad con la intención de sintonizar con determinados "vientos" temporales propicios, también podemos elegir sino el cuándo cumplimos los años, si el dónde estamos, para generar una Carta de Revolución Solar que sintonice mejor con determinados aspectos simbólicos o frecuencias que demos prioridad.

No se asuste nadie con esto, pues está en la naturaleza humana el buscar o elegir los momentos propicios para realizar acciones de todo tipo. Desde el momento del lanzamiento de una campaña publicitaria o un cohete espacial, la firma de un contrato, la fecha de unas elecciones, la presentación de un evento y muchos más que seguro se te ocurren. Y con una actitud elemental de discernir para evitar factores adversos y aumentar los factores que se consideren favorables.

La diferencia estriba en que la astrología proporciona unos criterios objetivos y previsibles para hacerlo. Y esa es una motivación que ha favorecido en todas las culturas su estudio y aplicaciones practicas.

En la práctica de esta técnica de revolución solar, tomamos la revolución solar como momento de planificación del nuevo año que tenemos por delante en nuestro periplo de pasajeros del planeta en torno a la estrella que nos nutre.

En el taller eminentemente práctico tomaremos la carta natal de cada uno de los participantes, la revolución solar en curso y la del próximo cumpleaños para emplear nuestras artes narrativas en la construcción del guión de nuestra expectativa personal, en la medida que de nosotros dependa.

jueves, 13 de julio de 2017

Democratización del reloj cósmico

El Cielo es un gran reloj con manecillas que se mueven marcando las horas del mundo.

Más allá de la discusión acerca del modo específico de como esa realidad y nuestra realidad humana están conectadas, las evidencias son indiscutibles.

Todas las culturas elaboradas que conocemos han desarrollado interés en esa correlación y este saber obtenido por la observación, el estudio y cualesquiera otros métodos, han dado lugar a las diversas astronomías y astrologías.




Pues hay en esta "ciencia" dos aspectos bien definidos.

De un lado la parte medidora, analítica, calculadora y matemática propiciada por la regularidad de los movimientos cósmicos. De ello se encarga la astronomía (nomos, norma, medida o regla) que estudia todo lo cuantificable, las cantidades.


De otro lado, las cualidades, lo cualitativo. Que a través de las narraciones y los mitos han captado o considerado como entes a los distintos elementos del cosmos. La propia Tierra, El Sol, La Luna, los planetas y las estrellas. Estableciendo métodos de comunicación con su estatuto de divinidades, bien mediante la adoración y el culto, bien mediante la interpretación de sus posiciones específicas, bien por castas de intermediarios que tradujeran este lenguaje de los dioses a la comprensión de los humanos mediante narraciones que hoy llamamos mitos. De ello se encarga la astrología, entendida como estudio o comprensión de los astros y sus movimientos.

Hoy en día, 2017, la astronomía es una gran ciencia que engloba muy diversas especialidades, con muchas aplicaciones técnicas e interacciones con otras ciencias.

Y hoy día, la astrología es atacada como pseudociencia, superstición y resto anacrónico del pasado. Cuando no, tildada directamente de superchería y práctica irracional de toda clase de timadores y aprovechados de la credulidad e ignorancia de los vulgares.

De hecho la astrología ha caído en desgracia por diversas razones, una de las importantes el hecho de haber sido una ciencia muy cercana al poder y los poderosos que eran los únicos que podían financiar y costear las numerosas horas de trabajo necesarias para los cálculos y dedicación de los expertos en ella. Mientras que el común de las gentes, que también tenían gran interés en la interpretación del lenguaje del cosmos para sus propios intereses, eran campo abonado para expertos menos cualificados y también de todo tipo de embaucadores.

Es lógico que eso pasara igual que con los expertos en la salud y en otros campos del conocimiento y la cultura. Aunque puede haber excepciones, es fácil comprender que los más cualificados sirvieran a los poderosos, fueran pintores, matemáticos, médicos, filósofos o científicos.

Así se puede entender que el sistema escolar medieval tuviera a la astrología como asignatura esencial a la vez que las leyes perseguían a otros que se decían astrólogos y adivinos.
Siendo a partir de 1600 que a los astrónomos de la corte real británica se les prohíbe la realización de cartas astrales (horóscopos, mirar la hora) y eso marca la caída en desgracia de la ciencia que deja estudiar los aspectos de correlación del cosmos con el hombre y se dedica solamente a las cuestiones objetivas y cuantitativas.

Esta deshumanización de la ciencia comienza a restaurarse con el nacimiento de la psicología y otras disciplinas que se interesan no sólo por lo medible visible sino también por lo subjetivo, lo intangible y lo significativo. Dando paso a un cierto humanismo que compensara la racionalización excesivamente fría y distante.
 
Actualmente y tras el resurgir de la práctica astrológica, aún está carente de un nivel académico homologable y homogéneo en la comunidad internacional. Sin embargo son muchas las personas que, gracias a la simplificación de las tareas necesarias para elaborar una carta astral, se han dedicado a adquirir conocimientos y experiencias poniendo astrología de buena calidad al alcance de muchas personas en la mayor democratización de este arte de la que se tenga noticia.

Al igual que pasa con disciplinas artísticas o culturales cuya realización es más asequible para las masas que nunca. Eso no ha conllevado la desaparición de los embaucadores y demás usos fraudulentos tan inherentes a la naturaleza humana como cualquier otra muestra de corrupción y engaño.

Hacer la criba y seleccionar a alguien de confianza que ayude a entender el lenguaje cósmico es de tanta ayuda que merece hacer este esfuerzo.

Porque la astrología entronca con las capas más sutiles del ser humano, con su pertenencia humilde a un universo magnífico del que no podemos dejar de ser parte minúscula. Algo que nos asombra y aterra. Este aspecto terrible de la grandeza cósmica choca con la paradoja de nuestra conciencia de ella. Una conciencia curiosa que busca entender el orden dentro del aparente caos y que nos lleva a preguntarnos por esas pautas de regularidad que el cosmos tiene.

Algo nos dice que la incertidumbre que tanta ansiedad genera, puede ser calmada mediante el estudio y la comprensión de la danza cósmica, de esa bella proporción que vemos arriba en los cielos y que también nos alcanza en cualquier rincón dónde la naturaleza se  manifiesta. Sea en forma vegetal, animal o inorgánica.

Una especie de ritmo musical que las almas sensibles han captado en todas las generaciones. Por eso la astrología, incluso en los tiempos más oscuros, ha sido refugio y nutrición para quienes saben que lo esencial es invisible a los ojos, como dijo el autor de El Principito.

Cuando miramos las estrellas vemos luces que se emitieron hace millones de años. ¿Cuántas reflexiones nos hacemos observándolas? ¿Qué resuena en nuestro interior ante la inmensidad del espacio y el tiempo? ¿Qué podemos decir y escuchar al respecto?

Quizás la mejor actitud ahora sea compartir nuestros estudios, esfuerzos e intuiciones acerca del lenguaje cósmico, y acerca de nuestras experiencias internas, con la alegría de quien comparte su gozo con la belleza, con la poesía y con el arte. Pues en esencia el lenguaje cósmico es simbólico y narrativo. Así pues vivámoslo como un arte narrativo que nos sirva para ser guionistas, más exactamente co-guionistas, de nuestra experiencia vital, aprovechando la herencia recibida de siglos y culturas pasadas, actualizada con los más modernas tecnologías.

Esto nos ofrece la astrología, un modo de integración en la gran obra universal de la cual somos parte, consecuencia, fruto y germen de su continuidad.

La Carta Astral Natal es un plano de ti mismo

Hay una metáfora muy sugerente acerca de las aplicaciones de la interpretación del Mapa Celeste de tu nacimiento.

Eres el dueño de la casa, o al menos el inquilino. Eres el experto en ella.
Yo tengo los planos. Y te los puedo enseñar, contarte lo que veo en ellos y también ayudarte a que tu los conozcas y puedas interpretarlos.
Quizá encontremos una habitación que no usas muy a menudo. Una ventana tapada por un mueble. Una toma de electricidad que no sabías que estaba allí. Y otras muchas cosas...
En fin, del diálogo entre nosotros yo aprenderé la forma en que se vive realmente algo que sólo conozco en planos. Incluso que el plano es incorrecto en determinadas previsiones o cálculos, que la práctica demuestra no son exactos.
Y tú puedes aprender muchas cosas que te ayuden a ser más feliz en tu vivienda habitual...

Sucede que, como la vida es continuo cambio, también yo tengo que ver como el tiempo afecta a los planos originales. Y tú también eres consciente que tu casa y lo que haces en ella, también ha cambiado. Así que seguimos el proceso para ponernos al día de la situación... y hasta podemos dar un paso más evaluando hacia dónde pueden ir los cambios venideros.


¿Te apetece que le dediquemos un tiempo?

miércoles, 12 de julio de 2017

Carta Astral Natal. Esquema inicial para la interpretación.

Primero visión general. La distribución de planetas y luminarias por signos y casas. Las zonas vacías. Modelo general. Figuras de multiples aspectos. Steliums, polarizaciones, grandes cruces, gran trígono, cuadrados místicos, isósceles, T...
La distribución respecto a ejes: horizonte, meridiano local, eje de los nodos lunares.
La distribución por elementos, triplicidades y cuadruplicidades. Predominios y carencias.


Segundo. Nos fijamos en tres cosas que, en muchos casos, pueden llegar a ser el 60%: El signo ascendente y su Gobernador o planeta regente, el signo y casa solar y el signo y casa lunar. Relaciones entre ellos. Afinidades y conflictos.
Como complemento observamos la posición de el séquito real: Mercurio y Venus, nunca lejanos al Sol. Y también observamos La Luna respecto al Sol.

Tercero. El eje de los nodos lunares. Signos, casas y planetas implicados. Posicion de los regentes y aspectos.

Con estas tres cosas vistas de modo somero el mapa nos da una tonalidad básica.

Ahora delimitamos el tiempo. Posición de los planetas lentos. Encuadre generacional. Función dentro de la generación. Luego Júpiter y Saturno para cuestiones sociales. Relaciones entre planetas lentos y personales.

Es como mirar un cuadro a una cierta distancia e ir acercándose para observar determinados detalles sin perder de vista el conjunto.

Viendo la propia carta y la de los compañeros de taller tomamos conciencia de lo específico propio.

Además vamos construyendo la narración. Nuestro propio mito escrito en las estrellas...

Con los cuerpos celestes (luminarias y planetas) tenemos los verbos, las acciones. En los signos zodiacales tenemos adverbios, actitudes. En las casas locales, o sea las zonas de espacio respecto a horizonte y meridianos, tenemos las áreas y tiempos de expresión. Ejemplo. Mercurio (comunicar) en Sagitario (explicando, explorando) en casa XI (grupos, amigos). Frase: Alguien que le gusta trazar mapas para los amigos.
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