miércoles, 2 de agosto de 2017

¿Qué esperas?

Controlar el fuego es uno de los rasgos humanos.
Y con el fuego la iluminación. O sea hacer llegar la luz a las cosas para poder verlas...
Y por analogía, también la luz interior.
Y en otra analogía, iluminar también es despertar, pasar de la modorra a la vigilia.
Por eso Buda se traduce como el iluminado o el despierto.

Las velas, candelas o bujías son un sistema milenario para lograr la iluminacion y cierto grado de calor. Consisten una matería combustible (tuétano, sebo, cera, parafina) que impregna otra, la mecha, que es inflamable. O sea que produce llama.

Sucede que la mecha con la combustión se va consumiendo o ennegreciendo de modo que la llama pierde vigor y luminosidad.




Cuando eso sucede basta con retirar esa parte quemada de la mecha para que la llama reviva y alcance mayor esplendor.

Las mechas también reciben el nombre de pábilos. Y retirar esa parte gastada se llamó despabilar o espabilar.

Con la riqueza de las analogías, en el lenguaje cotidiano a pesar de haber casi desaparecido el uso de las velas para iluminación, conservamos el sentido de espabilar o despabilar para designar el despertar y también el aumento de la inteligencia, de la agilida mental u otra capacidad.

Y el idioma reconoce dos opciones. Transitivo, hacer a otro espabilar, o intransitivo, despabilarse uno mismo.

¿A quién esperas?

Entonces

¿A qué esperas?