domingo, 7 de julio de 2013

Ser dignos de tomar nuestra parte en la herencia

Dijo el hispano Séneca que no hay viento favorable para quién no se dirige a puerto alguno.

Con un poco más de relativismo podría decir que todos los vientos favorecen a quién a nada aspira y todo anhela conocer. 


Éstos típicos juegos de palabras, retórica, polémica, declamación y oratoria, a fuer de cansinos, tienen la oculta virtud de excitar más que agotar al mandril. Este simio que representa la función primaria o inferior de la mente.
El que mide, pesa y cuenta; el que busca, anota, observa, indica, sopesa y marca. El que no ve limitación ni fin a su campo de alimentación. ¿Quieres otro dato, otro enfoque, tal vez una opinión?

Y sin embargo el cocinero seleccionará los ingredientes para elaborar su carta, tal vez sin reparar en lo sesgado de su oferta, condicionada por el ayudante de mercado. Y recordará una vez lo oído, diez veces lo leído, un ciento lo visto. Y se olvidará de que la fotografía (no digamos el video) no es recuerdo, es imposición presente de un tiempo ido y solo parcialmente captado.


Basta borrar o pixelar las facciones de una antigua estampación fotográfica de las que pueblan nuestros albumes familiares, para darnos cuenta que no recordamos el ayer, la experiencia directa, sino que nos apoyamos en la muleta del grabado para renquear hacia un pasado brumoso e irrevocablemente perdido para nuestro orgulloso Consciente Impermanente. Al igual cómo el idólatra de la consciencia, hace de la droga muleta y pretende entrar con los ojos abiertos en un universo cuya esencia precisamente es la no visualidad.


Percepción, maya, torpeza, sensorialidad, conciencia, narración, visualismo. Juego de espejos. Arte de la paradoja. Paradojas de Nuestro Arte. Los allegados a las puertas del Nirvana, toda ciencia trascendiendo, han de elegir entre seguir o retornar solidariamente con el pueblo con el que forman muégano, que les ha exaltado por resonancia, como la gota del balde sincronizado con la vibración cósmica. Sin las demás esa gota nunca hubiera saltado.


Escribió Jung (Carlos Gustavo) que el secreto intoxicaba y por lo mismo era esencial en el proceso de individuación, coadyuvante de la toma de conciencia de la separación del torrente colectivo del conocimiento. Estímulo de la responsabilidad sobre el propio saber. Confrontación con la evidencia del ámbito particular. Carga explosiva para los recovecos del aislacionismo y el poder oculto.

Todo secreto es una bomba que destruirá tu ego. Y sus supuestos logros. Cuando menos lo esperes. Cuando menos lo desees. Reventará todos los esfuerzos que hagas por preservar tu ilusión de identidad, de alteridad, de alienación respecto a la bazofia que te circunda. Descubrirás que nada podrías avanzar sin el demonio de la comparación. Y tus esfuerzos en pos de la individualidad, de la trascendencia, de la apertura de tu auténtica dignidad, más allá de este universo desalmado de cascarones vacíos, era una posesión sutil del que no se deja ver porque es tu parásito y tu amo.


Extraño destino el de quienes todo lo cuestionan. A la libertad por el desapego. A la certeza por la incertidumbre. A lo extraordinario por la ordinariez. Pues, qué mejor manera de salvaguardarse del costumbrismo esclavizante que la sumisión anónima. No estrella, vulgaridad. No relumbrón, invisible fracasado. Adocenamiento mundano para el que nada espera del siglo. Incluso el rebelde forma parte del sistema esclavista. Tu pedofilia sostiene el sistema. Tu drogadicción ejemplifica los excesos. Tu fetichismo es un nicho del mercado. Tu ocultismo es el esnobismo de las clases obscenamente aburridas de ver espejos vacíos. Ahí vas tú a darles sentido a su frenopatía. Tu elocuencia es charlatanería al servicio de la seducción empresarial y mercantil. Tu arte, encanto de incautos para colocarles el crucero de moda. Tu ecologismo, el último argumento para inclinar la balanza del consumo hacia el avispado cazatendencias.

Quizás no puedas dejar de ser cómplice. Quizás no exista una solución global. Quizás te agotes buscando la salida, sencillamente porque no existe, y sólo sea ansiedad o antiangustia eso que sientes. Un síndrome de las piernas inquietas que afecta a tu movilidad neuronal. Y ahora que te habías liberado de la vieja moral esclavista de los dioses caídos y de sus cohortes sacerdotales de eunucos corruptos, te encuentres sirviéndoles en otro formato. El phising espiritual capta incautos que escapando de los fraudes masivos son atrapados de buen grado al rebufo de otro anzuelo, más disimulado, pero no menos acerado.



Y para terminar esta reflexión en tiempos de retrogradación de Mercurio, aportemos la Oración por los Herméticos sugerida por Lanza del Vasto, Giuseppe Giovanni, Shantidas, para los miércoles en las comunidades por el fundadas, Arcas que tienen por vela una viña y que hoy siguen vigentes y necesarias ante la plena evidencia de que la Red Mundial es, en gran medida, una red de Gran Pescador Cósmico que atrapa a los peces individuales de este Gran Cardumen de modo tan apretado, que algunos se creen miembros de la misma red que los abduce. Una vez llegados al País Utópico de los Esclavos Libres, cada uno verá y en qué grado, si sus crencias eran idóneas.

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   Oración por los herméticos    

En este día marcado con el signo de la inteligencia ambigua, doblemente serpentina, huidiza, disolvente, ondulante, penetrante, seductora, luminosa y soberana.

Oremos por todos los que se han vuelto hacia una ciencia del misterio, y buscan en la inteligencia una salida a las brumas del pecado y las limitaciones de la naturaleza, pues en verdad la inteligencia nos fue dada para eso. Para servir de vínculo entre Tú, Creador, y nosotros creaturas hechas a tu imagen para reflejarte y a tu semejanza para comprenderte y cantar tu gloria.

 

Guárdalos de confundir su propia inteligencia con la luz y de convertir sus ideas en dioses.
 

Presérvalos de las ilusiones del orgullo, de los prestigios de la magia, guárdalos de la impostura y del pecado contra el Espíritu.
 

Que su secreto sea el secreto de las profundidades y no la mentira del que oculta el hecho de que no tiene nada que ocultar.
 
Inspírales para que amen Tu gloria en el secreto y no la suya en la ostentación de un lenguaje oscuro, o en la escapatoria del silencio.
 

Que las distancias que ponen entre ellos y el común de los hombres los preserven verdaderamente de la impureza del mundo, sin hacerles olvidar la caridad humana y la compasión por los ignorantes; sin hacerles olvidar su propia ignorancia y la humildad.
 

Que su búsqueda solitaria no los aleje de tu ley manifestada a todos los hombres, ni de la devoción, ni de la dedicación, ni de la obediencia que exige la religión, sino que los conduzca a descubrir el sentido oculto de las Escrituras, de los símbolos, de los mitos y de los ritos.
 

Y en cuanto a nosotros, impídenos Señor injuriar a cualquier sincero buscador de la verdad, sea quien fuere, mago o vidente, taumaturgo o alquimista o maestro de la cábala, de la gnosis o de oculta filosofía.
 

Guárdanos de perseguirlos con nuestra desconfianza o nuestras risas por la simple razón de que tantos charlatanes o locos han abusado de estas máscaras.
 

Y si la tradición nos ha legado alguna brizna del conocimiento de los antiguos sabios y de la revelación primitiva, haznos dignos de tomar nuestra parte en esa herencia, para que contemplemos tus vestigios impresos en las cosas: los números, las proporciones, las armonías, las correspondencias entre los elementos, entre los abismos de lo alto y de lo bajo, las virtudes de las plantas, los presagios en los astros y en los sueños, los signos inscritos en la mano y el rostro, los indicios de tu santa voluntad enseñados discretamente a los atentos, la cifra y el sentido de los animales, de los vegetales, de los metales y piedras y el lugar de cada ser en la escala del Ser.

Para que el Espíritu Santo nos introduzca en la comprehensión de todo lo que se nos había enseñado, haz que un día, para ellos y para nosotros, la verdad ya no sea un enigma ni un juego de espejos, sino que conozcamos como somos conocidos.

Cara a cara en tu gozo, tu gloria y tu amor.
 

Cara a cara, cara a cara, en tu gozo, tu gloria y tu amor.
 
Amén




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