jueves, 20 de marzo de 2014

Primavera, la sagrada. La consagración de la Primavera. Весна священная


Le Sacré du Printemps, Nicholas Roerich
El 29 de mayo de 1913 se estrenó en París una obra de ballet con música de Ígor Stravinsky y coreografía de Vaslav Nijinsky que escenificaba el modo tradicional en la Rusia pagana de celebrar el comienzo de la Primavera. Este consistía en la adoración a la Tierra seguida de un sacrificio ritual.


¿Qué tiene de especial la Primavera?

Es la época del año en que nuestro planeta en su recorrido en torno al Sol presenta la peculiaridad de permanecer perpendicular a su iluminación. Es el momento puntual en el que las noches y los días son iguales.




Naturaleza cíclica y cambiante

Vivimos, tú y yo, nuestros amigos, nuestros enemigos, nuestros antepasados y nuestros descendientes, en un cuerpo celeste único que está en movimiento contínuo en el cosmos. Somos vecinos, compañeros de vivienda, en un viaje interstelar del que el espejismo cultural nos mantiene alejados. Esto es debido, en parte, a su naturaleza cíclica y reiterada que nos resulta apenas perceptible en nuestra vivencia cotidiana del corto plazo.

La increíble velocidad de rotación de La Tierra (casi 1.700 Km/h en el ecuador) ni la notamos. 

Velocidad de rotación terrestre

La aun superior velocidad de traslación en torno al Sol /(30 Km cada segundo, 108.000 Km/h) tampoco afecta de modo consciente a nuestros sentidos simiescos.
 
Y es en los cuatro momentos clave (dos de inflexión y dos equilibrio) de esta onda de traslación cuando todas las culturas han dedicado ciertas actividades especiales para recordar nuestra dimensión astral, de seres con un componente extraterrestre en su sentido más literal, de seres que participan en una conciencia global que trasciende nuestra inmediatez y apego a las distorsiones e infecciones de la vida civilizada.

Por lo mismo, la terapia básica a lo largo de los siglos para curar los males propios de la interacción social ha sido la retirada al campo para ponerse en contacto con la naturaleza, donde los ciclos naturales son inevitablemente prioritarios sobre la ilusión cultural.




Sacralidad

Y es que en la pluralidad humana siempre ha habido un grupo de individuos que en el corpus social cumplen la función de atender a la conexión cósmica, tan necesaria para la vida plena. Se les denomina de distintos modos: magos, conectadores o conectores (coniector), constructores de puentes (pontifex), los del talento sagrado (sacerdotisas o sacerdotes), magos (los que ofician ars mágica o conocimientos de Ahura Mazda), expertos en las estrellas (estrelleros, astrólogos) y en esta sociedad regida por la cantidad, los medidores de estrellas (astrónomos).

Ahura Mazda


Cualquiera que sea la denominación, su función es la de aplicar las diversas tecnologías de lo sutil para que la sociedad disponga, en su nivel de percepción, de su componente cósmico. 

Ellos reservan espacios y tiempos para sintonizar con las frecuencias de largo periodo. De este modo crean o utilizan lo que podemos considerar máquinas del tiempo (tipo Tardis), puertas estelares (stargate), altares, templos, zigurats, pirámides, observatorios, etcétera. Y lo hacen en momentos singulares de la trayectoria terrestre, o de otras condiciones cósmicas.

Porque reservar es lo que significa sacralizar. Apartar para uso específico un objeto, un lugar o un tiempo. Y ese uso es facilitar la sintonización de nuestra consciencia con la naturaleza sutil, con los ciclos de largo periodo que, por su escaso volumen permanecen sepultados bajo el ruido de las estruendosas impresiones ordinarias.

Los procedimientos estipulados para ello son los ritos, es decir, un conjunto de actos en los que se suprimen o reducen determinados estímulos. Mediante el ayuno (para ralentizar el metabolismo), el reposo (para aquietar el ajetreo corporal), la oración (para regular la respiración) y la meditación (para sosegar el pensamiento). Luego se reconstruyen los sentidos con la nueva frecuencia (canto, danza, ritmo y armonía, salmodias, colores y formas, palabras antiguas, liturgias de restauración). En cada entorno cultural se dispone de métodos diferentes pero esencialmente similares para este propósito. 



Incluso en nuestra alienada sociedad con su inversión de valores, donde el ídolo es el consumo, en los equinoccios se realizan grandes campañas de lanzamiento o promoción de productos, aprovechando que es época de transición al inicio del ciclo anual.



Sugerencia

Mi propuesta, no partidista, en este momento de comienzo del Año Natural Solar, es que reserves un tiempo para tu conciencia cósmica. Reduce tu ingesta de comidas y bebidas, busca un lugar alejado del ruido, dedica un tiempo a sosegar tu mente, haz un balance de tus doce meses anteriores. Renueva tus mejores propósitos para el año que comienza, reordena tus prioridades existenciales. Acepta tus limitaciones, marca tus márgenes de libertad y responsabilidad, siéntete agradecido con la vida y toda la gama de experiencias que te brinda. Luego sal, busca y distingue a tus afines, repite los pasos anteriores en interacción con otros, comparte, celebra, siente la alegría y vitalidad que supone comenzar. Todo comienzo trae consigo un extra de energía vital incorporado.

Esta es la auténtica Cde la Primavera que todos tenemos a nuestro alcance.






Comienzo anual o entrada del Sol en Aries

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